sábado, 17 de agosto de 2019

ESPECIAL NOSTÀLGICO


AGARRATE CATALINA 2005





Hay espectáculos que perduran en la memoria colectiva carnavalera. Principalmente aquellos que resuenan en el público porque regalan momentos en donde se liberan carcajadas, o en los que la emoción desborda tanto que es normal que caiga una lágrima. A veces los instantes reflexivos de esos shows son tan intensos que la gente regresa a su casa después del tablado con muchísimas preguntas vagando en su cabeza. Allá por 2005, un grupo de jóvenes murguistas que no estaban en los planes de nadie a nivel de concurso, movieron las estructuras de la categoría con su arte. Ellos y ellas jamás imaginaron la gran repercusión que ese trabajo de tantos meses iba a generar, al punto tal que se trata de un carnaval inolvidable para cada una de sus retinas. Si bien había ingresado al Carnaval en 2003 sin pasar inadvertida, y habiendo entrado a la liguilla tanto en su debut en nuestras carnestolendas como en 2004, la explosión y la masividad de Agarrate Catalina llegaron en  2005 con el espectáculo Los Sueños, que acompañado por un contexto sociopolítico favorable para con lo que la murga expresaba arriba del escenario, se potenció a niveles insospechados.
Yamandú Cardozo cedió muy amablemente más de una hora de su tiempo para repasar los detalles de una criatura de 45 minutos que se fue gestando casi que como un juego, y terminó cambiando el rumbo de una cooperativa artística que hasta el día de hoy, 15 años después, continúa dando pasos firmes en la fiesta de momo.

¿CÓMO FUE EL PROCESO DE GESTACIÓN DEL ESPECTÁCULO?

“Fue un proceso parecido al de los años anteriores. En esos años estábamos dando nuestros primeros pasos en cuanto al armado de los espectáculos, y de a pocos fuimos generando una especie de modalidad para escribirlos que fue forjada a los ponchazos. Las primeras cosas que mostrábamos al público eran también las primeras cosas que yo escribía, por ejemplo. Pienso que me hubiera cuidado un poco más de haber tenido conciencia de eso (risas). El disfrute y la diversión fueron una característica muy importante en el proceso de ese espectáculo, y el humor fue un claro disparador primigenio. Tabaré y yo nos solemos inspirar con las cosas que nos hacen reír. Supongo que arrancamos a crear ese espectáculo desde el juego, y además contábamos con mucho tiempo y energía. Los dos carnavales anteriores de La Catalina habían sido preciosos, ya que tuvimos la oportunidad de entrar a la liguilla en ambos casos. La murga había levantado un revuelo pero aún no teníamos al calendario marcado con muchas cosas para hacer, y eso nos ofrecía mucho tiempo. Además ya sentíamos un alivio a nivel monetario, porque si bien en el Carnaval 2004 no habíamos hecho una enorme cantidad de tablados,  económicamente nos fue bien, y vimos que se podían empezar a abrir puertas para crecer en ese sentido. De vez en cuando teníamos alguna función por el interior del país y el arte empezó a florecer como una posibilidad económica magra, pero honesta y esperanzadora. La murga estaba polenteada por ese viento detrás de la vela. El hilo conductor era laxo y permisivo, pero viéndolo con la perspectiva que te da el tiempo, medio que alguna cosita la pegamos con baba (risas). Estábamos descubriéndonos, activando los sensores y aprendiendo en el camino. Durante el proceso de ese año nos dimos cuenta del poder que tienen los bloques, que a veces te mandan. El espectáculo de Los Sueños tuvo la flexibilidad onírica de hacer convivir lógicas que solamente funcionan en un sueño. Por eso de repente aparecía el Pepe (José) Mujica, y los jóvenes blancos y luego el cuplé del sueño americano, y era algo que en nuestra cabeza más o menos funcionaba. Curiosamente todo el proceso de cara a ese espectáculo se vivió como un sueño. Confeccionamos los trajes junto a Ovidio Fernández y gracias a talleres que nos brindó Hugo Millán, empezaban a aparecer personas visitando los ensayos más allá de nuestra familia, amigos y allegados. Antonio Pérez nos regalaba telas y nos hacía una especie de gestoría artística con su ojo, y el hasta el Manzana Montemurro, nuestro camionero nos apadrinó durante esa etapa. Así que todos estábamos viviendo un sueño. La situación política del país en ese entonces también era como un sueño, sobre todo por lo que se avizoraba que iba a suceder con la llegada de la izquierda. Era un panorama soñado, valga la redundancia, para nosotros y nosotras al momento de hace murga. Teníamos la atención de pila de gente y ninguna presión”.

¿RECORDÁS CÓMO FUERON APARECIENDO LOS DISTINTOS BLOQUES?,  ¿DESCARTARON MUCHAS IDEAS?

“Seguro hubo cosas que no entraron como todos los años. Los bloques aparecieron con mucha fuerza. Lo primero que se hizo fue la presentación. Nos encargamos de la musicalidad con Martín Duarte. Empezamos a hacer una lista con Tabaré de distintos bloques posibles. Hasta ahí éramos dos porque no estaba aún Carlitos Tanco. Después de la presenta arrancamos a escribir la canción introductoria. Yo tenía muchas ganas de usar la canción La Enemistad de La Tabaré. Era una canción que te metía en el espectáculo pero era bastante amplia, así que después podía venir cualquier cosa. El Cuplé del Pepe Mujica en mi cabeza nació escuchando el tema Al Pepe Sosía de Pinocho (Pablo) Routin. Yo iba a ver los actos del Pepe por ser un joven con ganas de que se diera el cambo del que te hablaba antes, y recuerdo ver a Sociedad Anónima haciendo cagarse de risa a la gente, y luego recuerdo al Pepe haciendo cagar de risa a todos de la misma forma, era algo increíble (risas). Me acuerdo que nos parecía graciosa la explosión mediática que estaba teniendo el MPP en ese momento, y queríamos hablar de eso en el espectáculo teniendo a la figura del pepe como protagonista. Le dije a Tabaré que quería que hiciéramos un cuplé sobre el Pepe Mujica, pero que todos los integrantes de la murga fuéramos el Pepe, como una suerte de Mujica manía.  A lo que Tabaré respondió que un solo integrante debía hacer del Pepe. Él definió que fuera Martín (Cardozo) el que lo interpretara porque solía hacer muchas imitaciones de distintas personas en la interna de la murga para divertir al grupo. De hecho hoy por hoy lo sigue haciendo. Martín apenas tenía 20 y pocos años, y me acuerdo que se grabó pila de cassettes del programa en el que participaba el Pepe Mujica en M24, lo estudió como un agente ruso de la guerra fría y lo sacó. Además hicimos un cuplé cantado por un personaje que hasta ese momento lo habíamos hecho muy poco. Valoro mucho como Martín suponía que cantaría el Pepe. Lo hizo increíblemente. Le sacó muchos piques de movimientos corporales, al punto de que la gente se reía cuando el personaje movía la cabeza exageradamente, nomás. De hecho hubo imitaciones del Pepe posteriores que estuvieron basadas en la interpretación de Martín. Es más, hay gente que cree que el Pepe dijo cosas que en realidad las inventó Martín. El bloque del Pepe nos permitía reírnos de ciertas solemnidades de la izquierda, y decir entre otras cosas que el tabaco Cerrito estaba más caro que el Lucky Strike.  Éramos amables con la caricatura por más que decíamos que parecía un linyera. Cuando Carlitos Tanco se sumó le agregó pila de cosas a ese cuplé. Lo de los jóvenes blancos fe algo surgió porque fue una foto real de cosas que estaban pasando. Tuvimos la oportunidad de usar un jingle que pegó mucho como el de Larrañaga. Esa fue la primera vez que escribimos un espectáculo de La Catalina de manera entera con Tabaré”.

¿QUÉ APORTÓ PRINCIPALMENTE EL TRABAJO DE CARLOS TANCO?

“Carlitos aportó una mirada externa agudísima. Es un tipo que le trajo cierta caricatura cotidiana al espectáculo y viñetitas traídas de otros lados con su impronta a la murga. Trajo una musicalidad exquisita, una mirada corrosiva y un humor cáustico que nos colocaba con Tabaré en un lado menos solemne. Todo eso era muy productivo para el espectáculo. Es dueño de una solidaridad y un compromiso tremendos, porque era el 18 de enero y el tipo seguía trayendo cosas que estaban mortales y había que hacer malabares para meterlas porque realmente valían la pena. Sometía todo a nuestra tijera despiadada y loca, y hacía que elimináramos el ego de lo que escribíamos. No importaba si lo que quedaba lo había escrito otro, o lo había escrito yo. Aportó también el hecho de que una tercera cabeza estuviera centrada en el espectáculo de la murga. Con Tabaré ese año escribimos para Zíngaros, pero eso nos dio la posibilidad de no tener que escribir para ningún otro conjunto más aparte de La Catalina. Con Tabaré y Carlos nos complementamos muy bien durante el trabajo. Recuerdo que yo escribí la parte del jingle de Larrañaga en los jóvenes blancos, y Carlitos trajo la parte de Masoller, y luego armó lo de Julita Pou. Tabaré mientras estaba escribiendo la retirada y cosas del cuplé del sueño americano. Algo que recordándolo ahora también fue metido medio de los pelos y con la excusa que teníamos en ese momento de “En los sueños todo vale” (risas). A todo esto, Carlitos trajo la primera versión de la canción final, para la que contábamos con cierta ventaja generacional y por eso agradecíamos a las viejas generaciones antes de cantarla, sobre todo por haber continuado con el intento de revolucionar las cosas por la necesidad urgente de la justicia. Y así fue como después describimos ese país que se venía repleto de esperanza. Carlitos trajo una letra preciosa para la canción final que luego yo reformulé con otra música, como lo fue Aquarela del cantautor brasileño Toquinho, que tiene una melodía bastante esperanzadora. Pero al primer escalón para esa canción final lo pisó Carlitos, y destaco esto porque la gente asocia más a su imagen con el humor. Fue maravilloso que el taburete creativo de La Catalina tuviera 3 patas”.

EL CUPLÉ DEL PEPE MUJICA

“La primera vez que Martín se puso la máscara del Pepe en Carnaval fue en el tablado del Defensor Sporting. Nosotros nos matábamos de risa en el escenario y la gente se doblaba a pura carcajada. Cuando ves que hay gente que se agarra la panza y la cara riéndose, decís:  “Acá algo pasa”. Pensar que Martín para hacer el personaje usaba un jean mío que sacrifiqué, y una chomba y una campera de cuero de nuestro viejo.  La gente agarraba a Martín enseguida al bajar del tablado. Primero todos preguntaban quién era el que hacía del Pepe hasta que daban con él. Nadie podía creer que ese muchacho flaquito y joven interpretaba al Pepe Mujica. Tuvimos que hacer el cuplé del Pepe en todos los tablados. De hecho Martín se lastimó el brazo en pleno carnaval y estuvo 2 días sin hacer tablados. Esos días en los que no hicimos ese cuplé, la gente casi nos mata. Y para ejemplificar la dimensión de lo que estaba pasando con la murga, pasó que vino una persona a preguntarnos quién era el que había apuñalado a Martín. Nos aseguró que lo habían mandado a cortar y que él estaba a las órdenes para lo que precisáramos. Le dijimos que no haga nada. Él insistía con que estábamos definiendo e íbamos a ganar, pero nosotros le dejamos claro de que nadie había apuñalado a Martín (risas). A Martín lo agarraban como si fuera una estampita. Lo llamaban: “¡Pepe!” aunque estuviera sin la máscara. Incluso cosas que la gente le quería decir al Pepe, se las decía a Martín. Me acuerdo que un integrante del MPP fue a visitar el ensayo de la murga porque se había enterado de que hacíamos un cuplé sobre el Pepe Mujica, y quedó encantado. Había grabado parte del ensayo y nos pidió permiso para mostrárselo al Pepe. De todas formas lo que más conquistó al Pepe en ese espectáculo fue el cuplé del sueño americano. Incluso la frase que cantamos en ese cuplé “Si vos no cambias algo, no cambia nada”, él la repitió en un montón de lados y nos citaba. Fue algo increíble. Que una persona que para mí sigue siendo un gran pensador que se ha atrevido a romper sus propios dogmas, haya hecho eso es algo maravilloso. De hecho él mandó a imprimir la letra del cuplé del sueño americano y se repartió por todos los comités”.

¿CÓMO VIVIERON ESE CARNAVAL TAN INTENSO PARA LA MURGA?

“Primero que nada hicimos una cantidad exponencial de tablados que fue increíble. Pasamos de hacer unos 60 tablados, más o menos en 2004, y ese año hicimos unos 130, metiendo noches de 8 tablados. Nos pasó de abrir el tablado del Defensor Sporting y cerrarlo el mismo día. Estábamos viviendo lo que pasaba con otras murgas anteriormente como Araca la Cana, por ejemplo. Mucha gente nos seguía en caravanas de tablado en tablado para ver a la murga varias veces. Lo que pasó también es que había gente que nos seguía que era ajena al Carnaval y lo único que le gustaba del carnaval era nuestro espectáculo. Cosas difíciles de creer. Ese también fue el segundo año de televisación del carnaval en directo, y me acuerdo que siempre que llovía pasaban el espectáculo de la murga, era de tarde y lo pasaban, era de mañana y lo pasaban.  Habiendo otros conjuntos con tremendos planteles, siempre nos pasaban”.

UN CARNAVAL MUY ESPECIAL

“La necesidad de cambio que había en la gente era notoria, y no solo a nivel del gobierno, sino que también en el carnaval. Mucha gente en los tablados después de nuestra actuación nos decía “Yo quiero que ganen, pero saben que no van a ganar, ¿verdad?”. Estaba en el aire la posibilidad de ganar el concurso, aunque a su vez resultaba difícil de creer que una murga cooperativa que se había hecho sus propios trajes ganara el primer premio de la categoría. Hubo un momento muy emocionante que vivimos haciendo ese espectáculo que fue actuar en el tablado del velódromo el 28 de febrero, un día antes de que la izquierda asumiera en el poder. Nunca vi al velódromo tan lleno como en ese día, y fue tremendo cantar nuestra canción final en ese contexto, por todo lo que decía. Pasaron muchísimas cosas durante ese carnaval que hicieron que fuera realmente disfrutable más allá de cuál terminara siendo el resultado en el concurso al final. Terminamos muy cansados y muy cansadas, pero ese febrero nos trazó un mapa muy placentero que supimos transitar”.   

¿QUÉ RECUERDOS TENÉS DE LA NOCHE DE FALLOS?

“Para la noche de fallos organizamos una baile de disfraces en el club desde el que salíamos. Pensamos que solo nos iban a acompañar la familia y los amigos. De repente había 2.000 personas en el club. No lo podíamos creer. La cantina se quedó sin hamburguesas enseguida. Nos acompañó mucha gente que no conocíamos. Coqui (Andrés Pazos) contó que esa noche iba para el local de ensayo en el bondi, y vio que en la parada donde se bajó, bajaron otras 20 personas. Cuando se iba acercando al club, se dio cuenta de que todas esas personas iban a compartir la noche de fallos con la murga. Él no lo podía creer, y contaba que la única vez que le pasaba algo parecido era cuando iba al estadio. Todo fue como un sueño sin que lo hubiéramos querido así. Recuerdo que el Chato (Gustavo) Ambrosio llegó al club para saludar a su hijo Martín, porque le había ganado, y lo mismo pasó con Aníbal Pazos que vino a saludar a Coqui”.

“¡GANARON SOLO USTEDES!"

“El Rafa (Cotelo) lloraba de la emoción porque pensó que habíamos ganado el primer premio compartido con Diablos Verdes. Como se fue mamado, se creyó eso y se fue temprano porque al otro día tenía que laburar. Al día siguiente en su trabajo estuvo todo el día feliz porque habíamos ganado junto con Los Diablos. Al salir del trabajo se tomó un taxi, y le dijo al tachero que quería parar en el Paso Molino para saludar al negro Eduardo Díaz que salía en Diablos Verdes. El tachero que lo conocía, le preguntó: “¿Por qué lo vas a saludar?”, y Rafa respondió: “¡Porque ganamos compartido!”, y el tachero le dijo “No! Ganaron solo ustedes”. Menos mal que nunca lo fue a saludar (risas)”.  

“¿GANASTE, GORDO? ¡JODETE!”

“A partir de ese año, el noviazgo que manteníamos con la platea carnavalera se fue rompiendo un poco. Esa cáscara de solo disfrute se empezó a resquebrajar. El Canario (Washington Luna), me dijo algo en la noche de fallos que no me olvido más. “¿Ganaste, gordo? ¡Jodete!”. En el momento no entendí mucho por qué me había dicho eso, y además estábamos en un clima de jolgorio y mucha alegría. El Canario tenía tremenda relación con la murga. Me acuerdo que antes de cada Teatro de Verano, nos decía: “¡Bueno, muchachos! ¡5 goles y afuera!”, para nosotros era como tener un escudo de invencibilidad. Acostumbrados a ese cariño, cuando me dijo eso en la noche de falos pensé: “¡Está loco!”, pero después nos dimos cuenta de por qué nos lo dijo”.

¿QUÉ REPERCUSIONES TUVO ESE ESPECTÁCULO EN LA VIDA DE LA MURGA?

“Ese carnaval cambió el rumbo de nuestras vidas. Empezamos a darnos cuenta de que detrás de lo que era un juego, había una vocación real. Tuvimos la bendición de que esa vocación se transformara en una profesión. Eso acarreó a su vez cierto crecimiento y nos llevó a tomar decisiones firmes. Varios pasaron a dejar sus trabajos para apostarlo todo por la murga. El contexto del grupo ayudaba porque la gran mayoría no teníamos hijos, y apenas pasábamos los 20 años. Tuvimos que empezar a organizarnos en base a la demanda de trabajo que íbamos a empezar a tener y ver qué compañeros estaban para las diferentes instancias como el carnaval en sí en febrero, y las distintas giras y actuaciones durante el año. De a poco se empezó a dar lo más milagroso que tiene La Catalina que es su supervivencia a pesar de sí misma y basada en un amor comprometido, y en el hecho de entender que el otro y que la otra tiene una visión particular que hay que respetar. Pegado a ese Carnaval 2005 se vinieron las elecciones departamentales y surgieron muchísimos toques paras hacer. Algunos eran entre semana y a las 2 de la tarde. Entonces ese tipo de situaciones nos llevaron a decantarnos por este camino. La vida nos empezó a cambiar realmente a partir de la repercusión que tuvo ese espectáculo. Muchos y muchas vimos que con la murga podíamos empezar a tejer la vida que se nos venía. Lo increíble es que hacen más de 14 años de ese momento y aún seguimos con este Frankenstein caminando saludable, potente y con las mismas ganas”. 

sábado, 20 de julio de 2019


PÁGINAS DE MOMO

MAXIMILIANO TUALA


Maximiliano Tuala en el espectáculo "El Club de los Malos Modales" con Cayó la Cabra



De repente aun siendo chiquito, te encontrás con que no sabés ni cómo ni cuándo, pero en algún momento de tu vida querés estar disfrutando del carnaval pero desde arriba del escenario, con el público enfrente y dando rienda suelta a esa pasión que comenzó a gestarse en tu corazón desde tus primeros años. ¿A cuántos artistas carnavaleros les habrá pasado eso en su infancia? Sin lugar a dudas que a muchos. El caso de Maximiliano Tuala no es una excepción. Su apellido es sinónimo de humorismo y también parodismo, y cuenta con un legado familiar vinculado a estas dos categorías. Sin embargo, se ha consagrado como una de las nuevas figuras de la categoría de murgas a partir de las tantas actuaciones desopilantes que ha tenido la oportunidad de ofrecer en Cayó la Cabra. Su aparición en escena es sinónimo de carcajada, y tan especial es el código que maneja con el público, que en su caso algunos silencios pueden resultar tan graciosos como el mejor remate para un chiste. La entrevista que nos convoca hoy recorre toda su carrera dentro de la fiesta de momo, pero también sus inicios y distintas características que ayudarán a conocer un poquito más a la figura máxima de este último carnaval.

¿CUÁLES SON TUS PRIMEROS RECUERDOS VINCULADOS CON EL CARNAVAL?

“La primera imagen es la de mis abuelos. Conocí al carnaval gracias a ellos que eran los que me llevaban al tablado. Me acuerdo que íbamos al tablado del Jardín de la Mutual que era el que nos quedaba más cerca de casa porque vivíamos en La Unión. Mis tíos era utilero de los humoristas Los Buby’s,  y a veces iba con ellos en el camión. Era un gurí bastante pesado porque me encantaba ir. A veces no entendía nada del espectáculo, pero me encantaba ver a esas personas arriba del escenario, con esos trajes puestos. Gracias a Los Buby’s empecé a enamorarme del carnaval. Me acuerdo que no veía otra cosa que no fuera ese conjunto. A veces veía otra cosa pero cuando llegaba a algún tablado con ellos, como por ejemplo a Contrafarsa en 1998 y a Araca la Cana un año antes, cuando estaba (Luís Alberto) Carballo. Me acuerdo de ponerme a corretear por los tablados pila de veces porque no era de darle mucha bolilla a los demás conjuntos, Para mí estaban Los Buby’s  y nada más (risas). Después empecé a arrimarme un poco a compartir con Los Jokers, que era el conjunto de mi familia”.

¿EN ESE MOMENTO YA TE VEÌAS SALIENDO EN CARNAVAL CUANDO FUERAS GRANDE?

“No. Ni en pedo. No se me pasaba por la cabeza (risas). Sí sabía que me gustaba porque salir en carnaval era como un sueño. Quería hacer lo que esos tipos hacían arriba del escenario del tablado. Me preguntaba si algún día podría hacerlo. Con Fabricio (Speranza) nos criamos juntos y vivíamos en la misma cuadra. Él empezó a ir al tablado junto conmigo y mis abuelos, y conoció al Carnaval también gracias a esas idas al tablado y a Los Buby`s, tal como me pasó a mí. Ambos soñábamos con salir en carnaval, aunque de niño no proyectás mucho”.

¿CUÁLES FUERON TUS PRIMEROS PASOS ACTORALES? ¿RECIBISTE ALGUNA FORMACIÓN?

“Nunca estudié nada. Me arrepiento un poco de no haber estudiado, porque hoy en día tendría más herramientas. Lo que hago es lo que me sale, lo que me dicen, y lo que voy aprendiendo en el camino. Me hubiese gustado estudiar teatro o clown, ya que te aporta una identidad diferente. Hoy en día estudiar se me complica más siendo papá, aunque sé que lo podría hacer. Pasa que soy muy boludo y soy de posponer algunas cosas. Me acuerdo que de chicos con Fabri agarrábamos una humorada de Los Buby’s y la ensayábamos un par de veces. Luego hacíamos la humorada a 3 o 4 vecinos. Me acuerdo que nos maquillábamos y nos vestíamos con ropa vieja. Nos encantaba hacer eso y no sabíamos dónde hacerlo, porque tampoco estábamos muy enterados sobre el Carnaval de las Promesas. Cuando me enteré que existía ya tenía 18 años (risas). Luego ya cuando éramos más grandes nos juntamos con amigos y sacamos una Murga Joven que se llamó Nació de Nalga. Que en parte sigue presente hasta el día de hoy, porque la base del grupo que salía en esa murga, integra hoy Un Título Viejo. Ya después de esa experiencia en el Encuentro de Murga Joven, me invitaron a salir en Los Choby’s en 2012 y no paré”.

¿HAY ALGÚN ARTISTA CARNAVALERO QUE SEA TU REFERENTE?

“Para mí el Pitufo (Edú Lombardo) es el 1 en todo lo que hace. Por más de que no soy músico, reconozco que es un salado. Marcel (Keoroglián) también es otro referente. Freddy González me parece que es otro car, tanto actuando como cantando porque es tremendo bajo. Después Los Buby’s también me marcaron mucho porque todos actuaban y todos remataban los chistes. Recuerdo que otro referente para mí fue Rodolfo Rognone. Era amigo de la familia y venía a comer a casa. Lo que me hacía reír ese tipo era inexplicable. Me empezó a gustar pila el tema de la actuación a raíz de verlo en los Adam’s y otros conjuntos en los que ha salido. La verdad que era un crá”.

¿CÓMO TE TOMÁS LA TAREA DE CONSTRUIR UN PERONAJE? ¿SOS DE SUGERIR COSAS?

“Siempre me han invitado a formar parte de los grupos creativos, y es algo que no me gusta mucho. Soy tímido para tirar alguna idea. Puedo llegar a tirar algo en los ensayos. A veces naturalmente mecho cosas en los tablados y algunas quedan, y otras no. No soy de laburar los personajes porque siento que hago siempre lo mismo. No creo un personaje. Si bien en Las Cabras hemos hecho talleres para crear personajes, el traje te ayuda mucho. Cuando sabés cómo vas a estar vestido, y de qué te vas a valer estéticamente, podés buscar algún movimiento particular. Pero elaborando personajes soy un queso. Me gusta que me planteen todo, y me sugieran cosas para hacer”.

¿CÓMO TE LLEVÁS CON EL ROL PROTAGÓNICO QUE HAS TENIDO QUE TOMAR EN LOS ESPECTÁCULOS?

 “Todavía tengo un grado de timidez. Cuando me subo con la murga sé que tengo a 16 personas más al lado, más el traje y el maquillaje. Todo eso es un escudo que está divino. Pero me acuerdo que en el espectáculo de Madurar tenía que hacer un monólogo final previo a la retirada. Me acuerdo que sufrí mucho a la canción final que iba antes de ese monólogo. Es que al estar en el escenario del Teatro de Verano con todo el público abajo, la mente se te queda en blanco. Por suerte iban apareciendo las palabras de a poquito. Después de ahí me dije “¿Pa’ qué  hago carnaval si lo voy a sufrir?”. Y ahí empecé a disfrutarlo un poco más. Esa era la primera vez que sostenía la escena solo. Después te das cuenta de que la gente está ahí para disfrutar el espectáculo y no está pensando si le vas a errar o no. El que está todo nervioso sos vos”.

¿QUÉ DIFERENCIAS HAY ENTRE EL ENCUENTRO DE MURGA JOVEN Y EL CONCURSO DE CARNAVAL?

“El Encuentro de Murga Joven es divino, y el espacio que te dan es maravilloso. Sobre todo porque no está esa competencia en la que entrás saliendo en carnaval, que hace que te pongas medio bicho, aunque obviamente que hay excepciones. Con las Cabras me acostumbré al hecho de hacer un espectáculo que nos guste a nosotros y luego al público también. Pero lógicamente que cuanto más arriba termines en el concurso, mejor, por el tema del premio, la entrada económica para el año siguiente, y el hecho de no tener que dar prueba de admisión tampoco. Pero Murga Joven tiene un espíritu más amigable. Además podés  sacar la murga sin un mango y metiendo ingenio. Hacés varias jornadas de trajes en las que metés muchas horas y que hacen que tengas otros sentido de pertenencia con el espectáculo. El gustito de que lo que tenés puesto lo hiciste vos, es divino. Incluso varias murgas jóvenes que son cooperativas y han llegado a Salir en carnaval, mantienen ese espíritu y se autogestionan a pulmón. Por más que aparecen algunos sponsors, sabés que tenés que organizar eventos como bailes. En Las Cabras, por ejemplo,  los bailes son el mejor sponsor que la murga tiene. Pero ese sacrificio que se hace, sabés que se va a ver recompensado en el producto artístico que vas a presentar durante todo el año”.

¿CÓMO SE DA TU LLEGADA A LOS CHOBY’S Y QUÉ RECUERDOS TENÉS DEL CONJUNTO?

“Fabricio, (Leonardo) Pacella y el Bicho (Julio Yuane), me invitaron a salir en el conjunto. En ese momento era muy tímido, inseguro, un cagón bárbaro (risas). Se ve que era muy jodón pero entre mis amigos. Ellos me decían “Vos tendrías que hacer estas mismas cosas arriba de un escenario”, y yo les respondía que “ni en pedo”. Por más que de niño lo soñaba, de grande me cuestionaba y decía “Yo no puedo hacer esto delante de mucha gente”. Probé saliendo en Los Choby`s. De a poquito en los ensayos me fueron dando cositas y se me empezó a ir esa timidez. Debutar en la categoría de humoristas habiendo crecido viendo a Los Buby’s, fue algo muy loco. Ese año con Los Choby’s fue bastante particular. Si bien a mí me gusta ensayar bastante y que las cosas salgan bien, no me gusta cuando el tema del compromiso con el ensayo es tan grande que no hay distracciones o momentos para descontracturar un poco. Con Los Choby’s pasaba que la mayoría de las veces arrancábamos con el ensayo, y al rato como ensayábamos en un club que tenía una canchita, si nos pintaba para ir a jugar al fútbol, jugábamos. De repente cortábamos el ensayo por eso. A veces iba algún canal de televisión  o algún medio radial a cubrir el ensayo o hacer alguna nota, y nos encontraban jugando al fútbol (risas). Esas cosas igual hacen que la gente los quiera mucho. Los Choby’s tienen una llegad con la gente que es hermosa”.

LUEGO DE ESA EXPERIENCIA, ¿CÓMO SE TE PRESENTÓ LA OPORTUNIDAD DE FORMAR PARTE DE CAYÓ LA CABRA?

“Siempre me gustó la murga. De chiquito seguía a Contrafarsa y fue lo mejor que me pasó. Me compraba todos los discos. Aparecía una canción de la murga en la radio y la grababa por más que ya estaba en algún disco que tenía. Estaba enfermo (risas). Cuando terminó ese carnaval  con Los Choby’s estaba dispuesto a seguís saliendo en carnaval. Si seguía saliendo en Los Choby’s me iba a encantar, pero en ese momento, Maira (Sepúlveda) que en ese carnaval había salido en Cayó la Cabra me invitó a salir en la murga porque faltaba gente. Un tiempo antes le había dicho a ellas que quería salir en murga y que si había un lugar disponible, me avisara. Ahí me arrimé a la murga y no me fui hasta este año. Me acuerdo que cuando dimos la prueba de admisión con el espectáculo de Madurar, compartimos la etapa con Asaltantes con Patente que era una selección de murguistas, y había tremenda expectativa que en realidad la generaban ellos. La gente piró con nosotros en esa prueba y fue una experiencia divina. Me acuerdo que usamos narices de payaso en la prueba, porque los personajes de ese espectáculo éramos payasos. La gente se preguntaría “¿En qué andará esta gente?” (risas). No me olvido más de esa prueba de admisión”.

DE TODOS LOS ESPECTÀCULOS DE CAYÒ LA CABRA DE LOS QUE HAS FORMADO PARTE, ¿CUÁL RECORDÁS CON MÁS CARIÑO?

 “Es una pregunta difícil porque me gustan todos. Capaz que lo elijo porque fue el primer espectáculo del que formé parte con la murga, pero Madurar fue muy especial. Porque ese año se festejó todo, desde la entrada al carnaval hasta la entrada a la liguilla. Las liguillas siguientes también se festejaron, pero te vas acostumbrando porque sabés que lo que hacés gusta y estás en boca de la gente. Pero ese espectáculo fue el que disfruté más porque me encantaban todos los cuplés y la canción final sigue siendo hermosa, por más que yo no la disfrutaba en el Teatro (risas)”.

¿QUÉ SIGNIFICÓ TU PASAJE POR CAYÓ LA CABRA?

“Significó muchísimo. Me costó pila irme. La Cabras siguen significando mucho para mí porque no me quiero ir. Quiero que sigan las actuaciones de este último espectáculo. Me encanta el grupo y la forma en la que siempre se laburó. Hoy en día soy quien soy gracias a Cayó la Cabra. A mí cuando me saludan en la calle, enseguida me gritan “Vamo’ las Cabras”. Todo eso  se lo debo a la murga. Tengo que sentirme agradecido de que haya gente que escriba cosas para que yo las interprete y que encima a la gente le gustan. Todo es una cadena. Cayó la Cabra es un lugar maravilloso que creo que a cualquiera que le guste el género de murga, le gustaría estar. Es un grupo divino que artísticamente está despegado y encima sabés que vas a hacer tablados y que vas a laburar el espectáculo que ensayes durante todo el año siguiente. Las Cabras siguen siendo parte de mi vida porque esto no se termina acá. Si bien tengo otro laburo, siento que las Cabras tienen mucho más importancia que ese trabajo. Siento que era mi lugar. Me recontra copaba cuando organizábamos los bailes porque me quedaba desde las 9 de la noche hasta las 7 de la mañana metiéndole. Sentía que era mi espacio. Lo sigue siendo pero desde otro lugar”.

¿CÓMO SURGE EL PROYECTO DE UN TÍTULO VIEJO Y CÓMO VIENE EL PROCESO DE ENSAYOS?

“Desde que sacábamos a la murga Nació de Nalga, y habíamos ganado varias veces el Encuentro de Murga Joven, ya se nos pasaba por la cabeza el hecho de dar el paso y salir en carnaval. En ese momento veíamos que un montón de murgas habían podido dar ese salto, y nos preguntábamos por qué no podíamos hacerlo nosotros. Luego esa idea se pinchó. Yo me fui para Los Choby’s y luego empecé a salir en Cayó la Cabra. Fabricio (Speranza) también hizo su camino, encontró su lugar en La Gran Muñeca y pasó por otros conjuntos como Zíngaros. En esos momentos veíamos a la idea de sacar a la murga en Carnaval medio que de costado. Pero hace unos años la idea empezó a tomar más fuerza. En 2018 nos dijimos, “¿por qué no la sacamos para el carnaval 2020?”. Ahí empezamos a hablar más en serio. Esperamos a que pasara en Carnaval y cada uno siguió saliendo en su conjunto, para no enloquecernos y respetar los espacios. Luego de este último carnaval nos polenteamos, y con el grupito que quedaba de Nació de Nalga decidimos darle para adelante. No nos podíamos llamar Nació de Nalga porque no éramos esa murga, sino que solo estábamos algunos de los ex integrantes. Así se fue armando todo y hoy en día ya estamos anotados para dar la prueba de admisión. El proceso de ensayos está siendo hermoso. Es un grupo que si bien hacemos varios que nos conocemos por haber salido juntos, y otros no llegamos a salir juntos pero nos conocemos de la vuelta, nos tenemos que integrar mucho más y seguir conociéndonos. Por eso ya hemos hecho pila de comidas. Ya nos hemos quedado después de varios ensayos a comer un guiso o un asado ahí en el club Repecho que es donde ensayamos. Es necesario que la barra se junte no solo para ensayar sino que también para charlar de la vida. Esas instancias son fundamentales. Estamos ensayando una vez por semana y estamos encarando la preparación de la prueba”.

¿TENÈS ALGUNA CUENTA PENDIENTE EN EL CARNAVAL?

“Si bien en las Cabras hice un montón de amigos, mi cuenta pendiente era salir en carnaval con mis amigos de la infancia. La verdad que salir con la gente con la que yo me crié y que desde chicos íbamos a ver conjuntos de carnaval al tablado, es divino. Hoy en día por suerte se está cumpliendo”.

¿SALDRÍAS DE NUEVO EN LA CATEGORÍA DE HUMORISTAS? ¿EXPERIMENTARÍAS SALIENDO EN ALGUNA CATEGORÍA EN LA QUE NO HAYAS ESTADO?

“Yo creo que sí. No estoy cerrado a ninguna posibilidad. La categoría de parodistas me gusta, y los conjuntos que me llaman más la atención son los del estilo de Momosapiens y Aristophanes. Si bien los otros conjuntos de parodistas también están buenísimos y me encantan, iría más por ese lado. También saldría de nuevo en Los Choby’s, sería algo que me gustaría”.

UNA FRASE PARA COMPLETAR: GRACIAS AL CARNAVAL YO…

“Gracias al Carnaval yo conocí un montón de gente querida. En las Cabras casi que todos son mis amigos. También he tenido beneficios gracias al hecho de salir en carnaval que no hubiese tenido si no saliera. Por ejemplo, hace poquito hicimos una gira con las Cabras por Argentina. Dejé la billetera con todos los documentos en Buenos Aires, y tuve que ir al consulado. Se armó un quilombo bárbaro y estuve metido ahí 2 horas. En la Aduana me reclamaban que no había presentado una foto mía en el papel que me habían solicitado y me derivaron con otra funcionaria. Ya estaba pensando que iba a tener que quedarme ahí a vivir (risas). La funcionaria me dijo “Voy a hacer de cuenta que trajiste la cédula”, porque de lo contrario tenía que llamar a no sé quién para que confirmara mi identidad, y al final dijo “Por favor te pido que no te vayas de las Cabras”. Ahí enseguida pensé “¡Muchas gracias, carnaval! ¡Muchas gracias, Cayó la Cabra!”. Enseguida le di un abrazo, le agradecí y me subí pal’ bondi de nuevo a seguir la ruta con la murga”.

sábado, 13 de julio de 2019


ESPECIAL - ENCUENTRO DE  MURGA JOVEN 


EX MURGUISTAS JÓVENES

Arriba a la izquierda: Martín Souza
Abajo a la izquierda: Daniel Zieleniec
A la derecha: Ignacio Alonso


Si nos ponemos a pensar un poco en el Encuentro de Murga Joven, hablamos de un fenómeno artístico que comenzó a gestarse a fines del siglo pasado y que ha hecho mella en nuestra cultura carnavalera. Por allí han pasado numerosos artistas, muchos de los cuales hoy por hoy pisan tanto los tablados como el escenario del Ramón Collazo cada febrero. Este encuentro representó “las primeras armas” de cada uno de ellos y ellas en el género murguero, enfrentándose por primera vez a la experiencia de compartir su pasión y las ganas que se desprenden de estar haciendo lo que aman frente a un público. Incluso hay un aliciente que  permanece, y es el hecho de mirar al costado y saber que tus compañeros y compañeras murguistas en muchos de los casos son nuevos amigos o amigas que te ha regalado la vida. Ese espíritu es el que tiene el protagonismo en el Encuentro de Murga Joven, del  que Martín Souza, arreglador coral de murga La Trasnochada, Daniel Zieleniec, integrante y letrista de murga Queso Magro, e Ignacio Alonso, integrante y letrista de murga La Mojigata, han formado parte ocupando distintos roles tanto arriba como abajo del escenario. Para descubrir sus sensaciones respecto a esta importante etapa en su vida artística es que surgió la posibilidad de realizar esta nota.

¿CÓMO RECORDÁS TU PASAJE POR EL ENCUENTRO DE MURGA JOVEN?

MARTÍN: “Arranqué a participar en el Encuentro de Murga Joven en el año 2001. Pasé por muchas etapas. En ese año era muy chico, tenía 16 años y las murgas no disponían de tantos espacios como ahora. De todas formas había una gran movida, y puntualmente se organizaban cosas en un boliche que se llamaba La Barraca. Participamos de varios encuentros ahí con La Esquina Peligrosa, Agarrate Catalina, Queso Magro, y otras murgas. Después en el 2004, el encuentro se transformó en algo distinto porque no hubo concurso y eso hizo que el nivel bajara y que las murgas no se vincularan tanto durante ese año. Ya en mi última etapa siendo partícipe del encuentro desde arriba del escenario, formé parte de La Trasnochada en los años 2007 y 2008. Éramos un grupo bastante establecido y cerrado, y no participábamos mucho de las movidas que se realizaban durante el encuentro. Mi último año como murguista joven fue el de 2010 con Nuay Chance. Recuerdo que la experiencia fue alucinante porque salíamos de un club desde el cual salían como 5 o 6 murgas más. Nos relacionamos con personas de otras murgas que artísticamente hacían algo totalmente distinto a lo que hacíamos nosotros, y disfrutábamos mucho eso. Desde el punto de vista del encuentro fue un año muy lindo”.

DANIEL: “Tengo muchísimos recuerdos, pero si tuviese que elegir alguno en particular me quedo con los festejos que se hacían luego de los últimos fallos de Murga Joven, cuando finalizaba la instancia del Teatro de Verano. Íbamos a una fuente que había ahí por el Parque Rodó y festejábamos entre varios integrantes de las distintas murgas que habían participado del Encuentro. Me acuerdo de festejar con gente de La Mojigata, Murgarrón, La Catonga, etc.  Nos quedábamos de cantarola hasta que amanecía y estaba buenísimo. No importaba quién había ganado y quién no. Todas las murgas cantaban arreglos de clásicos murgueros y los únicos que no sabíamos los arreglos éramos los de Queso Magro. Siempre tratábamos de copiarlos. De alguna forma nosotros los admirábamos porque en aquellos años éramos de las murgas que cantábamos peor (risas). Éramos amigos que habíamos formado una murga y no teníamos tanta facilidad. Aprendimos mucho tanto del encuentro como de esas instancias informales compartiendo con compañeros de otras murgas. Después recuerdo mucho los tablados que hacíamos durante Carnaval. Tal como sigue pasando ahora, las murgas jóvenes podíamos hacer tablados municipales en febrero. En aquella época, te estoy hablando de 1999 o 2000, éramos pocas las murgas jóvenes que hacíamos tablados. porque la mayoría se desarmaban o tenían integrantes que salían en Carnaval. En alguno de esos años prácticamente hacíamos tablados todos los días, porque éramos 2 o 3 murgas las que podíamos, nomás. En muchas ocasiones nos pasaba a buscar un ómnibus para hacer los tablados, el cual compartíamos con otras murgas como La Minga. Recuerdo con mucho cariño esos momentos porque eran muy divertidos. Surgían cantarolas y nos hacíamos amigos”.

IGNACIO: “Tengo los mejores  recuerdos del Encuentro e Murga Joven, pero siento que aún no he dejado de participar. Siento que estoy ligado a Murga joven para siempre. Si bien con La Mojigata participamos solo en 199 y 2000, a lo largo de lo que viene durando el Encuentro he sido tallerista, monitor, y en ese ambiente conocí a un montón de gente que hoy es mi referente en cuanto al género de murga. Recuerdo al Don Bosco lleno de gente, las primeras veces que nos subimos al Teatro de Verano y las cantarolas que se armaban en torno a la fuente que había en el Parque Rodó con las demás murgas. Recuerdo también muchos talleres que recibimos de Pitufo (Edú Lombardo), Gabriela Gómez, Guillermo Lamolle, etc, que nos servían también para integrarnos con gente de otras murgas y cada uno iba rumbeando para el palo que más le gustaba. Haciendo memoria recuerdo espectáculos de Queso Magro, Demimurga, Murgarrón y La Catonga que estaban buenísimos, con ideas muy ocurrentes”.  

¿CÓMO VIVISTE LA EXPERIENCIA DE HABER SIDO MONITOR EN EL ENCUENTRO DE MURGA JÓVEN?

MARTÍN: “La experiencia de haber sido monitor fue increíble. Me devolvió las ganas de ver Murga Joven y encontrarme con la cantidad de cosas preciosas que tiene. Desde ese rol encontré un espacio para poder trabajar con grupos de gente de mi edad o un poco más chica, que eso siempre fue algo que me gustó. Aporté algunas herramientas para que distintas murgas pudieran destrabar algunas cosas, ya que las ideas corren por cuenta de las murgas. Los monitores hacen solo un seguimiento y un acompañamiento, y además brindan una ayuda artística o buscan fortalecer el vínculo dentro de un grupo. La verdad que haber trabajado como monitor me dio la posibilidad de conocer un montón de gente linda, y de ver un montón de movidas que se hacen ahora que están mortales”.

¿QUÉ TE GENERÓ HABER SIDO DEVOLVEDOR DE LOS ENSAYOS ABIERTOS DE LAS MURGAS JÓVENES?

DANIEL: “La experiencia de haber sido devolvedor de los ensayos abiertos de Murga Joven fue fantástica para mí. Primero que nada fue un honor que me hayan llamado, y después fue un aprendizaje en todo sentido. Tuve que ponerme a ver los espectáculos desde el lugar de disfrutarlos y rescatar siempre lo positivo. Y eso está bueno porque todos los espectáculos tienen algo positivo para resaltar, y aún más en Murga Joven, donde siempre se ven cosas muy auténticas y esa tarea resulta más fácil. De todas formas, siempre hacés alguna sugerencia de algo para corregir, pero está genial no ponerse a ver un espectáculo desde la comparación, y viendo qué murga canta mejor, etc. Desgraciadamente el público carnavalero tiene esa mirada bastante incorporada, entonces salirse de ese lugar es un ejercicio muy lindo. Por otro lado ver a grupos tan diversos con propuestas artísticas tan diferentes entre sí fue algo hermoso. Eso te abre un poco la cancha para descubrir las maneras en las que los jóvenes sienten la murga. Realmente vi cosas muy sorprendentes por su grado de creatividad y locura. Hay murgas de todo tipo, y en esa diversidad está la riqueza del Encuentro de Murga Joven.

TE TOCÓ SER JURADO DEL ENCUENTRO DE MURGA JÓVEN, ¿CÓMO TE SENTISTE EN ESE ROL?

IGNACIO: “No estuvo muy bueno haber sido jurado de Murga Joven. Para empezar es cuestionable tener que juzgar y analizar un espectáculo definiendo la suerte de murga. Ojalá no tenga que hacerlo más. Algo que quiero agregar es que al menos en el año que me tocó ejercer ese rol, el jurado era una especie de monigote, cosa que veo bien porque no debe tener tanta importancia, pero no me pareció justo que no pudiéramos tener voz y voto a la hora de suspender una etapa o cuando se toma la decisión de eliminar a un conjunto. Recuerdo que ese año quedó eliminada una murga y nos entramos por afuera. No estuvo bueno eso. Lo mejor fue que ese año fui el jurado electo por las propias murgas jóvenes, y eso fue un reconocimiento precioso. Pese a todo lo que dije haber sido jurado del encuentro me aportó mucho y siempre aprendés pila. Vi cosas que me partieron la cabeza, y también vi otras que empezaban a repetirse, con discursos trillados por las propias murgas jóvenes”.  


¿QUÉ COSAS CREÉS QUE LE HA APORTADO LA MURGA JOVEN AL CARNAVAL?


MARTÍN: “Las murgas jóvenes le aportaron un montón de frescura al carnaval en cuanto a las maneras de hacer humor. Creo que ahí hay una beta importante. La búsqueda del humor en el caso de las murgas jóvenes pasa por un lado totalmente distinto al que el carnaval venía acostumbrado. Musicalmente creo que carnaval todavía está en otro nivel con respecto a Murga Joven, pero en materia de libretos creo que la murga joven le ha aportado muchas cosas positivas al Carnaval. Otro aspecto a destacar es el de la autogestión de las murgas. Hoy hay un montón de murgas cooperativas que salen en Carnaval y se iniciaron en Murga Joven trabajando y gestionándose de esa manera, remando todos para el mismo lado. Esto es algo que no se menciona mucho, pero está bueno destacarlo”.

DANIEL: “La murga joven le ha impregnado muchas cosas al Carnaval. Pero el Carnaval debe aprender más cosas. El público carnavalero debería aprender a disfrutar más de los espectáculos de las murgas jóvenes y salirse de esa mirada propia del carnaval de febrero. Como no hay un único estilo de Murga Joven, es difícil ver qué ha tomado el Carnaval de ese encuentro, pero las murgas jóvenes tienen otra impronta para plantear sus textos a diferencia de la que se manejaba en carnaval antes de que se diera su llegada. La murga joven es más creativa en ese sentido y critica no solo desde el lugar político partidario, sino que también desde lo social. Además la murga joven ha permitido darle mayor integración a la mujer dentro del género, que a mi entender aún queda camino por recorrer en ese campo. Y lo más lindo es cuando un grupo se llena de experiencias en el Encuentro de Murga Joven y elige seguir su camino dando la prueba para salir en Carnaval. Eso está divino porque las murgas jóvenes crean su identidad dentro del encuentro y no la pierden cuando llegan al Concurso Oficial. Además esto pasa también a nivel individual. Hay pila de murguistas que arrancan en el Encuentro de Murga Joven y luego salen en Carnaval”.

IGNACIO: “Las murgas jóvenes le han aportado mucho al Carnaval, tanto en lo artístico como en el modo de organización. No recuerdo a muchas murgas que hicieran reír en la década del 90’, siempre hablando en términos generales obviamente, Y cuando llegaron las murgas jóvenes, el humor en el género se empezó a potenciar. Con la murga joven la crítica empezó a tocar otros temas que no eran los más comunes y la puesta en escena también varió mucho. No estoy diciendo que todas estas características no existieran en los espectáculos murgueros anteriormente, pero con la llegada de la murga joven cambiaron algunos códigos. Por otro lado, las murgas jóvenes llegaron con un encare interno del grupo que era muy distinto al manejo grupal que tenían la mayoría de las murgas en el Carnaval. Para mí la murga joven no llegó a rechazar estilos, sino que lo que sucedió fue que muchas murgas “grandes” comenzaron a tomar elementos de la murga joven para plantear sus espectáculos, y a trabajar con técnicos que eran ex integrantes de murgas que provenían de la movida joven.  Además creo que la gente de la murga joven le dio a los murguistas “grandes” un status que hasta ese momento no tenía, porque era gente que consumía mucha murga y seguía las “carreras” de cada una de las murgas mayores. Ese status se generó tanto para bien como para mal”.

viernes, 28 de junio de 2019

ENTRE BAMBALINAS




MAQUILLADORAS DEL CARNAVAL




A la izquierda: Mariela Gotuzzo
Arriba a la derecha: Analía Barboza
Abajo a la derecha: Fiorela Apelo


Cuando uno se sienta a ver un espectáculo carnavalero lo disfruta muchísimo. No solo porque el año parece que no pudiera transcurrir más lento por las ansias de que llegue la fiesta, sino que también por la diversidad de propuestas artísticas que conviven durante un mes en decenas de escenarios. Pero difícilmente en esos momentos uno repare en los detalles técnicos que hacen que el mensaje que brinda cada espectáculo que vemos, se nos sea transmitido de la manera que pretenden los artistas. Ni que hablar que en ese instante también nos cuesta imaginar cuánto trabajo supuso la elaboración de ese espectáculo, incluso para muchas personas que no suben al escenario. Dentro de este grupo de personas que son tan importantes como quienes nos deleitan en escena, se encuentran las maquilladoras y los maquilladores, los cuales han visto beneficiado a su trabajo a raíz del protagonismo que tiene la televisación de los conjuntos, que nos ofrece la posibilidad de contemplar la estética de cada show con todos sus detalles. A su vez esta labor ha tomado nuevos caminos, con diseños que se relacionan estrechamente con la historia que el conjunto está contando durante su actuación. Para conocer de forma profunda a todo lo que implica el diseño y la ejecución de un maquillaje artístico en Carnaval, vale la pena leer las palabras de Mariela Gotuzzo, maquilladora de la murga La Trasnochada, Analía Barboza, maquilladora de las murgas Agarrate Catalina y La Gran Muñeca, y Fiorela Apelo, quien desde hace años asume la tarea de maquillar a la murga Cayó la Cabra.



¿EN QUÉ MOMENTO COMENZASTE A MAQUILLAR Y CÓMO VIVISTE LA EXPERIENCIA?

MARIELA: “Comencé a maquillar en 1993 a la murga Curtidores de Hongos e forma autodidacta. En ese momento Juan Mascheroni diseñaba el vestuario y me animó para que lo hiciera. Esas esxperiencias fueron increíbles porque si bien no fue un gran maquillaje, sí supe que era algo que quería hacer, investigar y fascinarme con cada forma y color”.

ANALÍA: “Empecé a maquillar a la Demimurga en el 2004 que salía desde el club Miramar. Hice el curso en 2003 con Evangelina Paolino. Hacía el curso junto con mi madre, y Eva luego nos agarró de equipo a mi madre y a mí. Luego en 2005 maquillamos a Momosapiens y a Cyranos, y en 2006 ya empezamos a trabajar con La Margarita, conjunto con el que estuvimos 12 años de corrido hasta 2018. Empezamos a trabajar en equipo y luego mi madre se abrió. Ahí fue cuando llamamos a dos personas más para el equipo. El trabajo siempre ha sido colectivo tanto en el diseño como en la realización. He aprendido un montonazo con la experiencia. Recuerdo que la vez que maquillamos a Demimurga en 2004 tenía terrible cagazo. Si bien conocía a mucha gente del ambiente carnavalero porque en esa época ya salía en Murga Joven, me daba vergüenza porque era chica y tenía 16 años. Además no me imaginaba que el maquillaje artístico iba a ser mi carrera en un futuro, sino que me gustaba explorar y aprender. Tampoco pensaba que iba a evolucionar todo lo que evolucioné y a surgir todo lo que ha surgido”.

FIORELA: “Empecé a maquillar en Carnaval en el año 2008. Hice el curso de maquillaje con José Dorta y en ese año empecé a maquillar con él a los conjuntos con los que él trabajaba en ese momento que eran El Gran Tuleque y Diablos Verdes. Fue una experiencia recontra linda. Yo había hecho el curso de maquillaje porque había tenido un semestre libre en la facultad, y lógicamente porque maquillar era algo que ya me encantaba. Si bien todo empezó como un hobby, luego se terminó transformando en un trabajo y eso estuvo bueno. Simultáneamente al hecho de maquillar en Carnaval, también siempre he maquillado a murgas jóvenes. Empecé a maquillar a Cayó la Cabra en el 2007 cuando empezó a participar en el Encuentro de Murga Joven. Con el paso del tiempo comencé a maquillar con el grupo que tenía junto con amigas pero de forma independiente, es decir, ya no maquillaba más con José. Nuestro primer carnaval fue el de 2011. Ese año maquillamos a La Trasnochada y a Los Carlitos, y la experiencia fue totalmente distinta porque empezamos a asumir un montón de responsabilidades que antes no teníamos. Tuvimos que empezar a hacernos cargo de la compra de materiales y de elaborar los diseños, por ejemplo”.

¿QUÉ ES LO QUE MÁS ME GUSTA DE TU TRABAJO?

MARIELA: “Lo que más me gusta de trabajar en Carnaval es la posibilidad increíble de hacer lo que se te ocurra. No hay techo, y es el mejor canal para expresarse artísticamente”.

A
NALÍA: "Lo que más me gusta de este trabajo es la intensidad que se maneja tanto a nivel emocional como escénico y creativo. Es un mes y poquito al año, pero que implica que nosotras estemos laburando desde muchísimo antes. A veces esa intensidad es difícil de sostener, pero es lo que hace que uno pueda a sacar a flor de piel todas sus emociones y se valga de esa adrenalina para ponerle mayor creatividad al laburo”.

FIORELA: “Maquillar es algo muy cortito. Uno está mucho tiempo trabajando en el diseño y e otros aspectos del maquillaje, pero la ejecución se pasa volando. Es algo muy intenso. Hacer algo y ver el resultado rápidamente me da mucha satisfacción. Trabajo con amigas y compartir esos momentos con ellas es algo muy lindo. Me gusta mucho formar parte del Carnaval desde ese lugar”.

¿CÓMO TE TOMÁS EL TRABAJO DEDISEÑAR UN MAQUILLAJE?

MARIELA: "A la hora de diseñar tengo que ir de la mano con el vestuario. Vestuario y maquillaje son un todo que dialogan entre sí, y lo hacen también con las otras disciplinas. Ambos tienen que transmitir lo que se pretende para la creación de cada personaje. Para el actor carnavalero es una gran herramienta de construcción”.

ANALÍA: “Para diseñar un maquillaje apostamos al trabajo en equipo. Nos reunimos con vestuaristas, iluminadores, puestistas en escena, letristas , y charlamos con el conjunto para saber qué es lo que tiene ganas de presentar a nivel artístico. Entendemos que no somos una parte única que va y maquilla, sino que sabemos que somos parte de un espectáculo. Entonces intentamos que nuestro trabajo esté ensamblado con todas las otras partes y se vea reflejado de la mejor manera en el escenario”.
FIORELA: “Me gusta mucho diseñar el maquillaje poniéndome en el lugar del personaje. Saber quién es ese personaje, qué quiere decir, en qué mundo vive. Los personajes de ficción no viven en nuestro mundo, entonces me imagino en dónde viven y valerme de eso para construir el maquillaje. Otro aspecto importante es que el maquillaje tiene que quedar lindo con el vestuario, tiene que relacionarse con la puesta en escena, y todo es una conjunción. Pero en definitiva construyo los diseños partiendo desde lo conceptual, y me centro en el personaje, más allá de la paleta de colores que maneje el conjunto en escena. Concebir el trabajo de esa forma es lo que más me gusta”. 

¿QUÉ PERSPECTIVAS TENÉS COMO MAQUILLADORA DE ACÁ A 10 AÑOS?

MARIELA: “Es una pregunta muy difícil de responder porque en realidad para la vida no tengo una proyección de acá a 10 años. La vida es muy dinámica y solo me ha enseñado que las certezas no existen. Para mañana te puedo decir que siempre me interesa atravesar nuevos caminos, la búsqueda constante es una meta”.

ANALÍA: “De acá a 10 años lo que te puedo asegurar es que proyecto seguir aprendiendo y formándome. Siempre hay que refrescar conocimientos porque las técnicas avanzan y los materiales cambian. Todo evoluciona y la idea es no quedarme porque siempre hay cosas para aprender. Tengo intenciones de en algún momento poder vivir de esto. Hoy en día no puedo hacerlo. Vivo mi trabajo con mucha intensidad en época de Carnaval que es cuando hay más laburo, y en otros momentos particulares del año como cuando transcurre el Encuentro de Murga Joven, o el Encuentro de Bodypainters. No sé si Uruguay me permitirá poder vivir de esto, quizás tenga que darse en otro lado, pero estoy segura de que quiero seguir avanzando en esta carrera que amo y cumplir ese sueño de trabajar exclusivamente como maquilladora”.
FIORELA: “Mi historia de maquillar en Carnaval está muy asociada con Cayó la Cabra. Si bien he maquillado a otros conjuntos en los que he pasado divino, de aquí a 10 años si me preguntás me parece difícil no imaginarme continuando ahí. Seguramente siga en ese conjunto y quizás a la vez esté en otros conjuntos. Siempre voy a tratar de aprender cosas nuevas, eso sí”.

domingo, 16 de junio de 2019


ENTREVISTA ESPECIAL


COPA AMÉRICA 2019






El fútbol y el carnaval son dos grandes pasiones de los uruguayos. La agenda futbolística marca que la Copa América hoy está en boca de todos, y que la cita con nuestra máxima fiesta popular aún se encuentra lejos en el calendario. Pero el torneo más importante del continente a nivel de selecciones sirvió de excusa para reunir la palabra de tres ex jugadores de la selección uruguaya que ganaron la Copa América de 2011 en Argentina. Pero esta vez, quienes en aquella oportunidad nos hicieron festejar un nuevo título para la celeste hasta altas horas de la noche, hoy salen de su zona de confort para hablar sobre su vínculo con el evento artístico que nos convoca cada febrero. Andrés Scotti, Álvaro Tata González y Álvaro Palito Pereira, nos muestran una faceta que seguramente es desconocida por muchos, pero que no por eso es menos importante  que la pelota.


¿CUÁLES SON TUS PRIMEROS RECUERDOS VINCULADOS CON EL CARNAVAL?

ANDRÉS SCOTTI: “Comencé a vincularme con el Carnaval más que nada por mi madre. Vivíamos a la vuelta del Club Malvín,  y el tablado del club era mi tablado. Es más, no tengo recuerdos de haber ido al Teatro de Verano siquiera una vez. Viví carnavales enteros en el Club Malvín. Al ser socio del club, no solo lo aprovechaba por lo deportivo sino que muchas veces me quedaba adentro hasta la noche para ver los espectáculos carnavaleros. Se me fue impregnando el carnaval tanto en mi niñez como en mi adolescencia, siempre impulsado por mi familia que acompañaba. Luego al emigrar y estar en el exterior siempre fui de escuchar muchas retiradas murgueras que me hacían sentir como en casa”.

ÁLVARO GONZÁLEZ: “Me acuerdo de “El Mágico” de Lezica, la zona en la que me crié. Allí ví espectáculos de Carnaval por primera vez y recuerdo mucho a la murga Contrafarsa. En ese momento aún no existía el tablado del Monte de la Francesa. Me gustaba mucho el ambiente del tablado. El hecho de tener al tablado cerquita de casa ayudaba mucho. He ido rotando en cuanto a mis gustos carnavaleros, pero lo que me gusta más desde hace un tiempo es la murga. Hubo algunos momentos en los que me gustaba bastante la categoría de parodistas, y cuando surgió Zíngaros me acuerdo que me gustaba mucho ver sus espectáculos. No era un aficionado del parodismo, pero ese conjunto me gustaba por lo que generaba en el público. De Momosapiens tengo lindos recuerdos también, y recuerdo que el cuñado de un amigo mío salía ahí.  Ver  los desfiles de las comparsas estaba divino también, pero desde hace tiempo que cuando voy al tablado trato de ver más que nada a las murgas”.

ÁLVARO PEREIRA: Mi papá está vinculado en el Carnaval desde que tengo uso de razón. Fue el vestuarista de Kanela y su Baracutanga durante mucho tiempo. También hacía trajes de fantasía para Esolas do Samba. En algún momento también confeccionó el vestuario para Candonga Africana, una comparsa de Las Piedras. Hasta los 14 o 15 años salí en la comparsa de Kanela, pero desde muy pequeño mi fanatismo pasa por la categoría de murgas. Siempre les tuve mucho cariño a las murgas”.

SUS GUSTOS

ANDRÉS SCOTTI: “El espectáculo de El Viaje de Agarrate Catalina ha sido el que más me marcó. Pero sobre todo me encantan las retiradas de murga. También me gustan mucho los espectáculos de parodistas y admiro el trabajo de artistas como Luís Alberto Carballo y el Rusito (Gastón) González. Últimamente me he alejado un poco del Carnaval, más que nada por dinámicas familiares y la carrera en sí, que te hace estar de pretemporada cuando se está en pleno Carnaval”.

ÁLVARO PEREIRA: “En mi infancia me crié en Punta de Rieles, y tengo lindos recuerdos de haber ido al tablado del barrio y ver a murgas como Antimurga BCG y Falta Y Resto. En la adolescencia me marcaron murgas como La Gran Muñeca, y también dos murgones como Contrafarsa y Diablos Verdes, en aquella época en la que se había armado como una especie de cásico entre esas dos murgas. Recuerdo mucho el espectáculo de Contrafarsa 1999. También seguía mucho a La Gran Muñeca que en esos tiempos estaba integrada por Tabaré Charlo, que fue un maestro que tuve en primaria. Luego el espectáculo que más me marcó teniendo 15 o 16 años fue El Desalmadero de Curtidores de Hongos en 2004. Respeto a todas las murgas y me encantan todos los estilos, pero si tengo que decir que soy hincha de una murga te nombro a Curtidores. De hecho su espectáculo en el año 2012 era redondito y mereció el primer premio.  Agarrate Catalina me gusta mucho también, aparte tengo a muchos amigos ahí por el acercamiento que siempre han tenido con la selección. Pero también me gusta bastante el estilo clásico, como lo que fue Saltimbanquis en 2018, o el espectáculo de Asaltantes con Patente en 2007”.

CUANDO TU CARRERA TRANSCURRÍA EN EL EXTERIOR, ¿ERAS DE SEGUIR EL CARNAVAL?

ÁLVARO GONZÁLEZ: “Cuando uno se va extraña todo. Hasta las cosas que incluso no hacía tanto estando en Uruguay. Me acuerdo que estando en Italia trasnochaba hasta las 3 de la mañana para ver un poco de Carnaval por Internet. Veía los espectáculos de Agarrate Catalina, por ejemplo, y recuerdo todo lo que generó el cuplé que hicieron ellos acerca del Mundial de 2010. Cuando pasé por Boca y estaba en Argentina, La Catalina iba a actuar mucho a La Trastienda y siempre los iba a ver, al igual que a las otras murgas que llegaban desde el país, porque uno como uruguayo cuando está en el exterior busca acercarse al lugar desde donde viene de alguna forma”.

ÁLVARO PEREIRA: “Sí. Siempre fui de seguir el Carnaval. Incluso cuando no llegaba a ver a los espectáculos a tiempo por internet, después me ponía a ver los espectáculos en el canal de YouTube del Croata (Gustavo Vodanovich). Él grababa lo que habían sido las actuaciones del día anterior en el Teatro de Verano y las veía a todas. Soy un carnavalero bastante enfermo (risas). Incluso durante mi paso por Cerro Porteño estando en Paraguay compartìa plantel con Nachito (Ignacio) Pallas que también es flor de carnavalero, y mirábamos y comentábamos todo juntos”.

¿CÓMO TE LLEVÁS CON LAS OTRAS CATEGORÍAS APARTE DE LA MURGA?

ÁLVARO PEREIRA: “Sigo el parodismo y me gusta. El tridente de Nazarenos, Momosapiens y Zíngaros ha marcado mucho en la categoría. De chico me crié mirando también a Adam’s  y a Valentinos también. En cuanto a la categoría de humoristas, más que nada recuerdo espectáculos de Los Buby’s y de Los Carlitos. Ni que hablar que cuando apareció Sociedad Anónima, rompió todo. Hasta el dìa de hoy me sigo riendo con los gauchos patones. En cuanto a las comparsas, me gusta más verlas desfilar que actuando arriba del escenario”.  

“DISFRUTO DEL CARNAVAL EN LOS TABLADOS”

ANDRÉS SCOTTI: “Algo que no me gusta para nada es ver al Carnaval por tele o por Internet. Siento que no me llega de la misma manera. Sí he visto cuplés o espectáculos enteros puntuales por alguna recomendación. Pero sentarme a ver un espectáculo carnavalero a través de una computadora  es algo que prefiero no hacer. Realmente disfruto del Carnaval en los tablados, porque implica todo el folclore de sentarte en la platea o en la silla, y vivir ese momento. Además allí los artistas suelen salirse del libreto, y se hace todo mucho más fresco. Aparte te identificás mucho al ver un espectáculo carnavalero porque de una manera u otra siempre se tocan los temas que han estado en el tapete durante el año, tanto a nivel político y social como también deportivo. El Carnaval te pone al día con todo lo que pasa”.

“¡ESTO NO SE PUEDE HACER!”

ÁLVARO GONZÁLEZ: “He hecho una linda amistad con muchos integrantes de Agarrate Catalina. Cuando fueron a Italia en plena gira mundial, los recibí en Roma y tuvimos la oportunidad de compartir bastante tiempo. Una vuelta fuimos a ver un partido de  Lazio, el equipo en el que jugaba. Yo justo estaba lesionado y por eso no jugué. Después del partido como había conseguido otro vehículo, fuimos en dos camionetas con más o menos 15 integrantes de la murga para recorrer un poco Roma, incluida la ciudad del Vaticano. Cuando íbamos pasando frente al Vaticano con todos esos monos en la parte de atrás de la camioneta, me pararon los milicos. Me dijeron que eso no se podía hacer, que era algo que yo sabía, pero me la jugué a que si me paraba un policía justo fuera hincha de Lazio. Tuvimos suerte porque uno de los que me paró era hincha de Lazio y me dijo: “¡Estás loco! ¡Esto no se puede hacer!” (risas). Pidió que los integrantes de la murga se bajaran y que de última se subieran de nuevo a la camioneta unas cuadras más adelante. Justo a Tabaré Cardozo cuando en esa misma gira habían estado en Egipto, lo picó un bicho en la pierna y no podía caminar mucho. Así que él fue el único que se quedó arriba de la camioneta, el resto se bajó”.

¿TE VES VINCULÁNDOTE AL CARNAVAL UNA VEZ QUE TERMINE TU CARRERA FUTBOLÍSTICA?

ÁLVARO PEREIRA: “Siempre dije que en algún momento de mi vida me gustaría sacar una murga. Es un sueño que tengo. Ojalá que lo pueda hacer. Tengo a muchos amigos que hoy por hoy salen en murgas. Diego Mutiuzabal jugò al Baby Fùtbol conmigo y nos criamos juntos. Pablo Riquero y Rodrigo Risotto también son conocidos del barrio. Despuès tengo amistad con el Zurdo (Besio), Los Cardozo (Tabaré, Yamandú y Martín),  con el Rafa Cotelo, el negro Claudio (Walter) Rojo, etc. Me gustaría que esa murga tuviera un estilo clásico con cupleteros bien definidos y un coro que sople. No reniego de otros estilos porque me rìo mucho con murgas como Agarrate Catalina Y Cayó la Cabra, por ejemplo, pero si me das a elegir prefiero que sea una murga con un estilo más clásico”.

¿QUÈ ES LO QUE MÀS DISFRUTÀS DEL CARNAVAL?


ÁLVARO PEREIRA: “La primera rueda es un poco ingrata con el tema de los nervios. La segunda rueda y la liguiila son las instancias del concurso que disfruto más. Lo que no me gusta es que se defina el calendario de una manera tal que un conjunto que actuó en la primera rueda, de repente a los tres días tiene que volver al Teatro de Verano para actuar en la segunda rueda. Hago una crítica constructiva porque me gustaría que eso se corrigiera. Este año le pasó algo parecido a Los Choby’s. Disfruto mucho del carnaval porque me despierta mucha pasión”.

¿HAS VISTO ALGÚN ESPECTÁCULO EN ESTE CARNAVAL 2019? 


ANDRÉS SCOTTI: “En este 2019 fui 3 veces al tablado del Club Malvín. Pese a que fui poco algo pude ver, y me encantó el espectáculo de Los Muchachos. También vi al espectáculo de Agarrate Catalina y me gustó mucho”.

ÁLVARO PEREIRA: “Seguí todo este Carnaval por tele por el tema de que estaba de pretemporada en esa época. Me encantó el espectáculo de Nazarenos y la actuación de Aldo Martínez haciendo de Omar Gutiérrez. Además las parodias quedaron muy bien enganchadas. Luego de que actuaron en la primerrueda era para terminar el concurso y darles la copa. Este año en la categoría de murgas la definición estaba entre 3 o 4 porque no hubo un nivel exuberante, ni ninguna que estuviera despegada del resto como pasó por ejemplo con Don Timoteo en 2017. Igual cuando vi a La Trasnochada dije que si seguía en ese nivel, ganaba. Pero igual no iba a ganar por robo. Las Cabras iban a estar peleando, y Agarrate Catalina También. La primera vuelta de La Catalina creo que fue muy floja, pero luego en la segunda rueda y en la liguilla estuvieron muy, pero muy bien. Otra que me sorprendió para bien y me gustò mucho fue La Clave. Después la categoría de humoristas estaba bastante pareja. Tanto Sociedad Anónima como Cyranos estaban muy bien. Inclusive el de los Choby’s fue un gran espectáculo”.


¿QUÉ EX COMPAÑERO DE LA SELECCIÓN PODRÍA HABER SIDO UN ARTISTA CARNAVALERO?

ANDRÉS SCOTTI: “Por caradura seguro ese artista sería el Loco. Pero recuerdo que Palito tenía lo suyo. Y por ahí creo que andamos, porque el resto del plantel no era tan desfachatado (risas)”.

ÁLVARO GONZÁLEZ: El Palito es todo un personaje y te puede interpretar cualquier cosa. Yo creo que él es el que reúne todas las condiciones (risas)”.

ÁLVARO PEREIRA: “El Loco Abreu tenía todas las características para ser un artista carnavalero. Después había otro montòn de jugadores a los que les gustaba el Carnaval pero no sé si reunían esas condiciones como el Cebolla (Cristian Rodrìguez), El Popy (Rodrigo) Muñoz, el Mono (Maximiliano) Pereira, el Mota (Walter) Gargano, y el Tata (Álvaro González). Si yo integrara una murga creo que sería un segundo que acompaña cantando en la cuerda o si no un cupletero. Porque el cupletero no tiene por qué cantar del todo bien (risas)”.